Todo el mundo en más de una ocasión, ha necesitado comprar una de esas típicas tarjetas de cartulina, para completar un regalo, desear a alguien algo bueno o simplemente pedir perdón por una mala acción. Unas tarjetas, que van quedando en desuso por culpa de la era digital, a las que la artista checa Tereza Hraidilkova da una nueva vida, recreando en su interior, algunos de los edificios más emblemáticos de Japón.
¿Por qué Japón y no su país natal? Porque la idea de estas sorprendentes creaciones, nació en una charla con el artista y productor creativo japonés Kumi Kobayashi. Una idea, que les llevó a crear un negocio en común, con la que rinden homenaje a algunos de los edificios y símbolos más conocidos de las islas niponas, en pequeños trozos de cartulina.
Pequeños lugares, que reproducen milimétricamente la silueta del Monte Fuji o la Torre de Tokio entre otros muchos edificios, para cuya realización, se ha utilizado la técnica del corte con láser. Montados cuidadosamente por las manos de la artista, los edificios surgen ante los ojos del asombrado espectador, al igual que si se tratara de un desplegable nada más abrir la tarjeta.
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