Si hay una cosa que nos ha enseñado el Arte Moderno, es que se pueden realizar obras de arte, de mejor o peor factura, con objetos y cosas tan diferentes como retales de tela, trozos de metal, cables de colores e incluso lápices de colores.
Son precisamente estos últimos, los que ha utilizado el artista colombiano Federico Uribe para crear unas esculturas muy realistas, en las que demuestra que los lápices que todos hemos utilizado alguna vez para anotar cosas, escribir o colorear dibujos, pueden tener un uso mucho más creativo.
Esculturas y dibujos que reflejan escenas cotidianas como una pareja besándose, paisajes otoñales que recuerdan a los del genial Vincent Van Gogh y animales como cebras y castores, para cuya realización utiliza cientos de lápices de diferentes longitudes y colores pegados con un pegamento especial para madera o simplemente atados con bridas de plástico.
Unos lápices que dan a sus obras un aspecto muy colorido y lleno de energía positiva, a los que este pintor ha convertido en sus materiales preferidos -según sus palabras- por la “belleza descuidada que tienen esos objetos tan sencillos que todo el mundo utiliza de forma cotidiana”
Descubre otras de sus obras cotidianas en: Federico Uribe