Mirando las pinturas realizadas por Iris Grace, nadie podría decir a simple vista que estas han sido realizadas por una niña de tan corta edad. Pero es que la pequeña Iris no es una niña como las demás. Esta pintora tan especial, a la que muchos ya están comparando con genios de la pintura de la altura de Monet, es autista.
Una enfermedad, que puede presentarse de muchas maneras diferentes, que ha dotado a la pequeña de una inteligencia y sensibilidad artística muy superior a la del cualquier niño de su edad. Dos cualidades, que esta joven artista afincada en Inglaterra utiliza para expresar sus sentimientos a través de coloridas pinturas.
Pinturas, que se inspiran en el mundo que la rodea, para las que suele utilizar alrededor de un par de horas de su tiempo. Según las palabras de su madre, no solo es capaz de alcanzar una concentración impresionante, sino que además se prepara ella misma las mezclas de colores. Una comprensión del arte más próxima a la de un gran genio de la pintura en su madurez, que ha provocado que los grandes coleccionistas de la pintura, se estén peleando por tener una de sus obras en sus exclusivas colecciones.
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